La temporada 2024-2025 ha comenzado con grandes dificultades para la SD Amorebieta, un club que acaba de descender de la Segunda División y que esperaba adaptarse rápidamente a la Primera Federación. Sin embargo, el equipo no ha logrado encontrar el ritmo adecuado en su nuevo entorno competitivo y se encuentra en la penúltima posición del Grupo 1, con solo 8 puntos de 36 posibles tras 12 jornadas. Este mal comienzo ha desbordado las expectativas de los seguidores y los propios jugadores, quienes se encuentran luchando por evitar la caída aún más profunda en la clasificación.
Un Estilo de Juego Inconsistente
El Amorebieta, conocido por su estilo de juego sólido en defensa durante sus años en la Segunda División, no ha podido replicar esa misma seguridad en la Primera Federación. Con una cifra alarmante de 21 goles en contra, se evidencian problemas defensivos que no logran ser solventados por la línea de atrás. A pesar de contar con jugadores experimentados como Mikel Kortazar y Amelibia, la defensa ha mostrado vulnerabilidades frente a rivales que, aunque de menor calibre, se han aprovechado de sus debilidades. Los errores individuales y la falta de concentración han sido recurrentes, lo que ha dejado al equipo con una diferencia de goles negativa de -12, una de las peores en la competición.
Problemas en la Creación de Juego y en el Ataque
El centro del campo, que antes era el motor del Amorebieta en su temporada de descenso, también ha mostrado grietas. Jugadores como T. Nakai, Ben Hamed y J. Guerrero han tenido dificultades para imponer su presencia y organizar el juego, lo que ha resultado en una escasa producción ofensiva. El equipo ha anotado solo 9 goles en sus primeros 12 partidos, lo que coloca al Amorebieta entre los equipos con menos goles de la liga. En particular, la falta de creatividad y de movilidad en el medio campo ha dejado al equipo demasiado predecible y dependiente de jugadas aisladas.
Por otro lado, el ataque no ha encontrado la eficacia necesaria para cambiar la dinámica. Jugadores como Álvaro Marín, quien ha sido uno de los más destacados en cuanto a goles, no han logrado generar la chispa ofensiva que se esperaba de ellos. A pesar de las individualidades, la falta de un sistema de juego claro y colectivo está limitando las opciones del equipo para generar ocasiones de gol consistentes.
Un Nuevo Proyecto con Expectativas Altas
El Amorebieta, al ser un club recién descendido, contaba con grandes expectativas de recuperar rápidamente su puesto en la Segunda División. Sin embargo, los primeros meses han sido una dura lección de lo que implica adaptarse a una nueva categoría. Con el entrenador Natxo González, el club esperaba encontrar estabilidad y mejorar su rendimiento colectivo. Sin embargo, las dificultades tácticas y la falta de integración de nuevas piezas del equipo, junto con los altibajos emocionales de los jugadores, han hecho que el rendimiento sea irregular.
Faltan Soluciones en la Banca
El cuerpo técnico, aunque experimentado, no ha logrado encontrar una respuesta efectiva a los problemas del equipo. Las rotaciones y las decisiones tácticas han sido criticadas por no dar los resultados esperados. En varias ocasiones, la incapacidad de cambiar el rumbo del partido durante el transcurso de los encuentros ha puesto al equipo en situaciones incómodas, dejando que se escapen puntos cruciales. La presión sobre González crece conforme avanza la temporada, ya que los hinchas y la directiva esperan ver signos de mejora pronto.
El Futuro del Amorebieta: ¿Una Temporada de Transición?
A pesar de los obstáculos que enfrenta, la temporada 2024-2025 no está perdida para el Amorebieta. Si bien las probabilidades de ascender son bajas en este momento, el equipo todavía tiene tiempo para corregir errores y mejorar su juego. La cuestión es si el club podrá encontrar la estabilidad necesaria en defensa, mejorar su capacidad de creación y aprovechar mejor las oportunidades ofensivas. Si el equipo puede fortalecer su cohesión y el rendimiento colectivo, podría al menos aspirar a una posición más respetable en la clasificación, que lo aleje de los puestos de descenso.
Por lo tanto, el Amorebieta tiene ante sí un duro desafío. Necesitarán recuperar su identidad defensiva y encontrar más variantes ofensivas para remontar en la tabla. Solo con una mayor consistencia en ambos aspectos podrán evitar que este mal inicio termine siendo una crisis irreversible para un equipo con tantas aspiraciones.