En 2020, mientras el mundo estaba confinado, Ryan Reynolds, junto con su amigo Rob McElhenney, decidió dar un giro inesperado a su carrera empresarial. Por 2,5 millones de dólares, adquirieron el Wrexham AFC, el tercer club de fútbol profesional más antiguo del mundo, fundado en 1864. El club estaba al borde del colapso, con un estadio deteriorado y una ciudad sin esperanza.

La apuesta no solo era salvar al club, sino revitalizar una comunidad entera. Reynolds y McElhenney prometieron transparencia total, combinando la compra con la creación del documental «Bienvenido a Wrexham». Este proyecto no se limitó a los partidos; capturó el espíritu de la ciudad, mostrando historias humanas como las de Arthur Massey, un superfan centenario, o los dueños de pubs locales soñando con días mejores.

El impacto fue inmediato: renovaron instalaciones, triplicaron los ingresos del club y transformaron Wrexham en un destino turístico. Los ingresos locales aumentaron un 50%, atrayendo empresas y revitalizando la economía. La serie llegó a millones de hogares, convirtiendo al club en un símbolo de esperanza y unión.

Con esta audaz estrategia, Reynolds y McElhenney demostraron que el fútbol es más que un deporte: es un catalizador para cambiar vidas y comunidades. Una historia de negocio, pasión y humanidad que sigue inspirando al mundo.

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